SERMÓN DE FAUSTE DE RIEZ PARA EPIFANÍA
El agua convertida en vino, el misterio del paso de la Antigua Alianza a la Nueva
Al tercer día se celebraron las bodas. Qué son estas nupcias, sino los votos y las alegrías de la humanidad salvada, celebradas al tercer día, en el misterio de este número que designa o la confesión de la Trinidad o la fe en la resurrección.
En otro pasaje del Evangelio, el regreso del hijo menor, la conversión del pueblo pagano, se acoge con música, danzas y trajes de boda.
Y así, como un esposo que sale de la cámara nupcial, el Verbo desciende a la tierra, a la Iglesia que ha de reunir a las naciones; asumiendo la Encarnación, va a unirse a ella a la que ha dado un contrato matrimonial y una dote. Un contrato, cuando Dios se unió al hombre; una dote, cuando se sacrificó por la salvación del hombre. El contrato significa la redención presente; la dote, la vida eterna. ~ Por eso eran milagros para los que veían, misterios para los que entendían. Por eso, si nos fijamos bien, descubrimos en cierto modo, en las propias aguas, una semejanza con el bautismo y el nuevo nacimiento. En efecto, cuando una cosa se transforma interiormente en otra, cuando la criatura inferior, por un cambio invisible, se transmuta en una naturaleza mejor, se cumple el misterio del segundo nacimiento. De repente, las aguas se transforman, las mismas aguas que más tarde transformarán a los hombres. ~
Por la acción de Cristo en Galilea, aquí está el vino. En otras palabras, la ley llega a su fin y la gracia ocupa su lugar: se elimina el reflejo, se hace presente la verdad; las realidades carnales dan paso a las espirituales, la antigua observancia se transforma en la Nueva Alianza. Como dice el Apóstol: Lo viejo ha pasado y lo nuevo ha llegado. Así como el agua de las tinajas no pierde nada de lo que era, sino que recibe una existencia que antes no poseía, así la ley no desaparece, sino que se perfecciona con la venida de Cristo. ~
El vino de la Antigua Alianza era bueno, pero el vino de la Nueva Alianza es mejor. La Antigua Alianza, la que observaban los judíos, se evapora en la letra. La Nueva Alianza, la que nos concierne a nosotros, restaura el sabor de la vida dando la gracia.
El buen vino, es decir, el buen mandamiento, es el de la ley, cuando oyes: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero el vino del Evangelio es mejor y más fuerte, cuando oyes: Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y haced el bien a los que os odian.
Respuesta
R/ ¡Tu Dios será tu belleza, tu luz eterna! Jerusalén, tus puertas serán de cristal, y tus muros de rubíes, y cantarán en tus plazas: ¡Aleluya, aleluya! Tu esplendor iluminará todas las regiones de la tierra; los pueblos vendrán de lejos para adorar al Señor dentro de tus muros.
Oración
Dios eterno y todopoderoso, que quisiste que en tu Hijo único llegáramos a ser nuevas criaturas para ti; que tu gracia nos modelara a imagen de Cristo, en quien nuestra naturaleza está unida a la tuya. El que reina.