Martes de Epifanía

homilía del siglo iv para la epifanía

El Agua y el Espíritu

Jesús acudió a Juan y fue bautizado por él en el Jordán. ¡Qué acontecimientos tan increíbles y maravillosos! ¿Cómo se lavó en un poco de agua el río ilimitado que deleita a la ciudad de Dios? La fuente incomprensible que da vida a todos los hombres y que no tiene fin, ¡fue cubierta por aguas miserables y fugaces! Aquel que está presente en todas partes, que no está ausente en ninguna, aquel que es incomprensible para los ángeles e invisible para los hombres, viene al bautismo porque así lo ha querido. ~

Y he aquí que se le abrieron los cielos , y una voz dijo: Éste es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia. El Amado engendra amor, y la Luz inmaterial engendra luz inaccesible. ~

A este hombre se le llama hijo de José, y es «mi único hijo» según la esencia divina: Éste es mi Hijo amado. Tiene hambre, y alimenta a millares; trabaja, y da descanso a los que trabajan; no tiene donde reclinar la cabeza, y lo lleva todo en la mano; sufre, y remedia el sufrimiento; sufre, y da libertad al mundo; su costado está traspasado, y restaura el costado de Adán.

Pero escúchame con atención: quiero volver a la fuente de la vida y contemplar el manantial del que brotan las curaciones. El Padre de la inmortalidad envió a su Hijo inmortal, su Verbo, al mundo. Vino a lavar al hombre con el agua y el Espíritu. Le hizo renacer para que su alma y su cuerpo fueran incorruptibles; despertó en nosotros su aliento de vida y nos vistió con una armadura incorruptible. Por tanto, si el hombre se ha hecho inmortal, también se convertirá en Dios. Y si se convierte en Dios mediante el agua y el Espíritu Santo tras recibir el nuevo nacimiento en el bautismo, también será coheredero con Cristo en la resurrección de entre los muertos.

Por eso proclamo: «¡Venid, todas las tribus de las naciones, al baño de la inmortalidad! ~ Esta agua, unida al Espíritu, es el agua que riega el Paraíso, que fecunda la tierra, que hace crecer las plantas y da nacimiento a los vivientes. En pocas palabras, da vida al hombre haciéndole renacer, es en la que Cristo fue bautizado, es sobre la que descendió el Espíritu en forma de paloma. ~

El que se sumerge con fe en este baño del nuevo nacimiento se separa del demonio y se une a Cristo. Renuncia al enemigo y confiesa que Cristo es Dios. Rechaza la esclavitud y asume la condición de hijo adoptivo. Sale del baño resplandeciente como el sol, radiante de justicia. Pero, sobre todo, emerge como hijo de Dios y coheredero con Cristo.

A él sea la gloria y el poder, y al santísimo, bueno y vivificante Espíritu, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Respuesta














R/ Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre. Llamados a mantener la unidad del Espíritu por el vínculo de la paz, cantamos y proclamamos: Llamados a formar un solo Cuerpo en un solo Espíritu, cantamos y proclamamos: Llamados a compartir una sola esperanza en Cristo, cantamos y proclamamos:

Oración

Dios eterno, fue en la realidad de nuestra carne donde apareció tu Hijo único; puesto que reconocemos que su humanidad era semejante a la nuestra, concédenos el don de ser transformados por él en lo más profundo de nuestros corazones. El que reina.

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