Cada 25 años, la Iglesia Católica invita a sus fieles a un «Año Jubilar», también conocido como Año Santo. Esta tradición se remonta al año 1300 y se celebra a intervalos regulares, aunque también ha habido Jubileos extraordinarios en otras épocas para conmemorar ocasiones especiales.

El Año Jubilar y sus características :
1- Indulgencia Plenaria :
Una de las características más significativas de un Año Jubilar es la oportunidad que se ofrece a los fieles de obtener una indulgencia plenaria. Esta indulgencia es una remisión ante Dios de la pena temporal debida por pecados cuya culpa ya ha sido borrada por el sacramento de la reconciliación. Para obtener esta indulgencia, los fieles deben realizar ciertas prácticas de devocióncomo visitar determinadas iglesias o realizar obras de misericordia, corporales o espirituales.
La predicación de Jesús en Mt 25,35-36 pinta un cuadro de estas obras de misericordia, para que podamos comprender si vivimos o no como sus discípulos.
Redescubre las obras de misericordia corporal :
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- Alimentar a los hambrientos,
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- Da de beber al sediento,
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- Viste a los desnudos,
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- Acoger a los extranjeros,
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- Asistir a los pacientes,
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- Visitar a los presos,
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- Enterrar a los muertos.
Y no olvidemos los obras de mismisericordia espiritual :
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- Aconsejar a los que tienen dudas,
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- Enseñar a los ignorantes,
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- Advierte a los pecadores,
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- Consolar a los afligidos,
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- Perdonar las ofensas,
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- Aguanta pacientemente a las personas molestas,
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- Reza a Dios por los vivos y los muertos.
No podemos ¿Habremos dado de comer al hambriento y de beber al sediento? ¿Habremos acogido al forastero y vestido al desnudo? ¿Nos habremos tomado el tiempo de estar con los enfermos y los encarcelados? (Cf. Mt 25, 31-45).
Del mismo modo, se nos preguntará si hemos contribuido a superar las dudas que engendran miedo y, a menudo, soledad; si hemos sido capaces de superar la ignorancia en la que viven millones de personas, especialmente niños privados de la ayuda necesaria para salir de la pobreza; si nos hemos hecho cercanos a los que están solos y afligidos; si hemos perdonado a quienes nos ofenden, si hemos rechazado toda forma de rencor y de odio que conduce a la violencia, si hemos sido pacientes a imagen de Dios, que es tan paciente con nosotros; si, finalmente, hemos confiado al Señor en la oración a nuestros hermanos y hermanas. Es en cada uno de estos «más pequeños» donde Cristo está presente. Su carne vuelve a hacerse visible como un cuerpo torturado, herido, flagelado, hambriento, perdido… para ser reconocido por nosotros, tocado y cuidado. No olvidemos las palabras de San Juan de la Cruz: «En la tarde de nuestra vida, seremos juzgados por el amor». (Papa Francisco, «Misericordiae Vultus», § 15)
2- Apertura de la Puerta Santa :
En Roma, el inicio del Año Jubilar está marcado por la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro por parte del Papa. Esta puerta suele estar sellada y sólo se abre durante los Años Jubilares. Cruzar la Puerta Santa simboliza el arrepentimiento y el paso a una vida nueva y más santa.
3- Llamada a la conversión y a la reconciliación :
El Jubileo es un tiempo en el que la Iglesia hace especial hincapié en la conversión, la reconciliación y la penitencia. Es un tiempo para reflexionar sobre la misericordia de Dios y tratar de acercarse a Él.

4- Peregrinación :
Tradicionalmente, el Año Jubilar es un tiempo en el que se anima a los fieles a emprender una peregrinación, en particular a Roma, para vivir una profunda experiencia espiritual. Es un tiempo para la oración, la meditación y la renovación espiritual.
5- Temas específicos :
Cada Año Jubilar puede tener un tema específico, definido por el Papa, que guía las reflexiones y actividades del año. Por ejemplo, para el Año Jubilar 2025, el tema es «Peregrinos de la Esperanza».

El Año Jubilar a lo largo del tiempo
A lo largo de los siglos, el Año Jubilar ha evolucionado, influyendo en diversos aspectos de la sociedad. Los jubileos más importantes han dejado una huella duradera, convirtiéndose en momentos clave de transformación y renacimiento espiritual y social. Estas celebraciones han dado forma a la historia, marcando la evolución de la fe y las prácticas religiosas a través de los tiempos.
Hoy en día, el Año Jubilar sigue siendo un tiempo para la reflexión profunda. Invita a la contemplación, a la reconciliación y a la renovación, ofreciendo un bienvenido descanso del agitado ritmo de la vida moderna.
Ref. / Rutas de la Biblia :