El proceso de formación para ser Oblato de la Virgen María comprende varias etapas.
Durante cada una de estas etapas, el aspirante-postulante, novicio o profeso temporal es acompañado personalmente en su discernimiento vocacional y en la consecución de sus objetivos de crecimiento personal.
Sin embargo, el oblato nunca deja de formarse, después, para responder cada vez mejor a las exigencias de su vocación de religioso y de sacerdote al servicio del Pueblo de Dios.
Cualquiera que se sienta llamado debe ponerse en contacto con una de nuestras comunidades. Mientras continúan sus estudios o su trabajo, los candidatos se reúnen regularmente con un sacerdote oblato. El sacerdote les guiará en su oración personal y en su discernimiento vocacional inicial.
Los candidatos que disciernen una llamada a la vida religiosa y/o sacerdotal oblata entran en el postulantado. Comienzan entonces sus estudios de filosofía. Experimentan la vida comunitaria, una vida de oración diaria más intensa y continúan su discernimiento. Este periodo puede durar hasta dos años.
El año de noviciado está totalmente dedicado a profundizar en la espiritualidad y la misión de los oblatos. Reflexionamos sobre la vida y las obras del Padre Lanteri, Fundador de los Oblatos, y sobre el significado de los votos de castidad, pobreza y obediencia. Se profundiza en la regla de vida oblata. Tenemos una profunda experiencia de oración, en particular los Ejercicios Espirituales de treinta días de San Ignacio. Es al final de este año de profundización y discernimiento cuando el candidato toma su decisión de entrar en la familia oblata. Entonces hizo sus primeros votos y se convirtió en profeso temporal.
Los oblatos que se preparan para el sacerdocio comienzan entonces sus estudios de teología: Sagrada Escritura, historia de la Iglesia, espiritualidad, moral, etc. Durante este periodo de tres a cuatro años, además de sus estudios, los de votos temporales experimentan la vida consagrada en sus dimensiones personal, comunitaria y pastoral. Para los llamados a ser hermanos (vida consagrada, pero no ordenados sacerdotes), el programa de formación se personaliza según las disposiciones de cada uno y las necesidades expresadas por la congregación O.M.V.
Todos somos religiosos, bautizados consagrados al servicio de la Iglesia y de nuestra Congregación. Todos estamos invitados a servir, a entregarnos a la misión definida en nuestras Constituciones y Reglas.
Después de estos tres años de formación, los profesos temporales pueden emitir sus votos perpetuos. Entonces son ordenados diáconos y, unos meses más tarde, sacerdotes. Ejercerá su ministerio en una comunidad de su Provincia religiosa de origen o marchará a otro país donde esté establecida la Congregación de los Oblatos de la Virgen María.
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