La vida de Santa Rita

La vida de Santa Rita

Santa Rita vivió de 1381 a 1457 y se la considera la santa de las causas perdidas y desesperadas.

Cinco siglos después de la muerte de Rita, su vida sigue inspirando a millones de personas de todo el mundo. Una vida que combina fenómenos místicos con la sencillez de la vida cotidiana, una vida llena de grandes sufrimientos pero vivida en la alegría de «amar sin contar el coste».

De jovencita, Rita ya miraba a Dios. Casada por obligación familiar con un hombre rudo, superó las dificultades iniciales de su matrimonio con dulzura y paciencia. Pasó dieciocho años felices con aquel hombre, del que tuvo dos hijos.

Tenía 36 años cuando fue asesinado a traición. Algún tiempo después, perdió a sus dos hijos.

Entró en el monasterio y se sumergió en una intensa vida de oración. Su íntima unión con Cristo crucificado se manifestó en los estigmas de la espina. Acogía a todos los que venían a pedirle ayuda y oración.

Toda la vida de Santa Rita fue amor a Dios y confianza total en su Providencia.

Moribunda, Rita pide a su primo que vaya a recogerle una rosa. Aunque era pleno invierno, su pariente encontró la rosa. Este episodio dio origen a la imagen de Santa Rita esparciendo rosas, símbolo de las gracias que obtenía para quienes confiaban en la intercesión de «la santa de las causas desesperadas y los casos imposibles».

En el espíritu de su fundador, Pío Bruno Lanteri, de origen piamontés-italiano, los Oblatos acogen a los fieles que vienen aquí a reflexionar sobre su fe cristiana en el espíritu de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, o a implorar la ayuda de Dios por la poderosa intercesión de la patrona de las «causas desesperadas», Rita de Casia, o a dar gracias por un favor recibido. Los que vienen aquí una vez, ¡siempre vuelven!

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Sainte Rita, Saine patronne des causes perdues, accueille vos intentions et remerciements, et que la charité fraternelle renforce notre prière.